Miércoles, 1 de Mayo de 2024

Sigue el juicio por la tragedia de Once y los familiares redoblan las críticas

El padre de una de las víctimas fatales y ex trabajador del tren, Juan Carlos Alonso, contó su experiencia décadas atrás. "Yo me fui en 1878 y ya los pobres coches estaban deteriorados", confesó el hombre a Buenos Aires 2punto0 Formato Radio y cuestionó el testimonio de algunos peritos que fueron convocados para declarar en el juicio.

25-02-2015



Luego del acto realizado el último fin de semana, más específicamente el día 22 de febrero, y el reinicio del juicio que tiene a los empresarios de TBA y ex funcionarios del Gobierno nacional sentados en el banquillo de los acusados, los familiares de la tragedia refuerzan sus críticas y aportan nuevos matices a una causa que lleva tres años.

Todo vino a colación por la declaración del perito de Marcos Córdoba, el maquinista, acusado por la desgracia. El experto admitió errores del conductor y, si bien formuló críticas por el mantenimiento de las formaciones, aseguró que el sistema de frenos funcionó segundos antes del choque, cosa que genera tensiones con los parientes de los fallecidos.

Es el caso de Juan Carlos Alonso, padre de Coki, como todos conocían a su hijo de mismo nombre, un hombre que tenía 41 años e iba en la formación que chocó contra uno de los paragolpes de la estación Once, ocasionando la muerte de 51 personas y más de 700 heridos, algunos de suma gravedad que permanecen afectados hasta la actualidad. Entre ellos estaba Juan Carlos hijo que, como todos los días, viajaba a su trabajo en la calle Cerrito.

El testimonio de su padre es particularmente valioso porque, además, trabajó en el sector ferroviario por 27 años en total décadas atrás. Y denuncia, entre otras cosas, que el estado de los coches ya era limitado hacia 1978, cuando abandonó su puesto, y más todavía para la época de la tragedia, es decir, unos 34 años después: formaciones en pésimas condiciones, problemas con los paragolpes y falta de mantenimiento.

"El aniversario es muy fuerte pero, por ejemplo, también son fuertes algunos de los testimonios en el juicio. Porque yo trabajé 27 años en el servicio, estuve hasta 1978, y ahí estaban los coches japoneses. Me agarran como rabietas cuando escucho las declaraciones de algunos testigos y un perito que me la hizo pasar muy mal el otro día", afirmó el señor.

"Nombró a un compañero mío que falleció hace un año en un descarrilamiento, dijo que era ingeniero y no era ingeniero. Dijo cosas que no eran verdad, porque yo sé lo que había ahí", siguió en diálogo con Buenos Aires 2punto0 Formato Radio.

"¿Qué es lo que sucedió? Yo me fui en 1978 y ya los pobres coches estaban deteriorados, las carrocerías se iban corriendo", reveló.

"Ya en esa época los trenes estaban en mal estado; nosotros por lo menos le hacíamos una reparación integral cada año, ahora se le hacía solamente cada 15 años. Los paragolpes no existían. Si hubieran estado en el estado que correspondía, no hubiera pasado lo que pasó. Tendría que haber sido un choque común, con heridos pero no con muertos; todo en contra les jugó", indicó.

Alonso también consideró que el maquinista Marcos Córdoba, uno de los principales acusados por la masacre, tendría que "haber parado el tren en Caballito" antes de llegar a la terminal de Once, cuando la formación mostraba aparentemente una serie de fallas técnicas. "Yo no voy contra todos, no todos tienen el mismo tipo de responsabilidad, porque hay gente que recibe órdenes", diferenció.

"Voy con los de arriba: Julio De Vido, que no está acá y tendría que ser el primero, Jaime y de Jaime para abajo, todos", concluyó.
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